Una configuración poco afortunada de la gestión de la alimentación en modo laptop en Ubuntu (incluida la última versión 7.10) somete a los discos duros de los ordenadores portátiles a una carga excesiva, que puede conducir a su destrucción en un par de años.
El problema radica en que cuando entra la alimentación mediante batería se envía un comando hdparm -B 1 a todos los dispositivos de bloques, lo que comporta unos ciclos de carga y descarga (aparcado de los cabezales) excesivamente frecuentes. Los discos duros actuales están pensados para soportar hasta unos 600.000 ciclos de este tipo a lo largo de toda su vida útil, por lo que un ritmo tan acelerado puede significar el fin del disco en dos años o menos.
En el post original, se encuentra una solución a este bug.Leído en Kriptopolis.
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